Son totalmente opuestos: uno, cerebral, ordenado y criado en una familia bien; el otro, pasional, desbocado y criado en la pobreza. Se trata de Alan y Damián, los dos líderes de la Casa de Gran Hermano, que se están enfrentando en una lucha sin cuartel.
Las peleas entre ellos son memorables y todas van por el mismo lado: mientras el Pelado quiere racionar todo y calcular fríamente cada movimiento, el cartonero prefiere la espontaneidad y vivir el día a día.
Sus dos choques más fuertes fueron, precisamente, por la lata de atunes que Damián y otros devoraron sin consultar en tiempos de escasez y por la negativa de Alan a convidar de sus cigarrillos.
Sus figuras fueron creciendo y ahora cada uno lidera un grupo: el Pelado comanda a los "bananas" (Darío, Eugenia, Esteban, Javier y Juan Simón) y el cartonero a los "atunes" (Celeste, Andrea y Mariana).
Florencia y Javi permanecen separados viviendo su romance, aunque la chica se inclinó por Alan en la votación definitiva por el Don, al igual que Renzo, que hasta el momento era neutral. Juan Emilio votó por Damián y podría inclinarse hacia los atunes, como Soledad, quien está en una posición complicada porque se acostó con Alan.
Fue muy interesante lo que ocurrió en la primera votación, cuando todos debieron justificar su voto: los que apoyaban a Alan, describían al Pelado como "objetivo", "racional", "pensante", mientras quienes se inclinaban por Damián lo hacían por su "gran corazón".
Dos estilos, dos hombres enfrentados en una pelea que tendrá su próximo capítulo este miércoles, en la gala de nominaciones. Alan y Damián podrían tener varios votos en contra, de parte del otro bando.
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