Esa fue la sentenciosa frase que disparó Javier, el policía de la casa, al calzarse una remera con las insignias de la fuerza policial mientras se exhibía orgullosamente a la espera de los interrogatorios de sus compañeros.
V

Luego de la balacera de preguntas de sus curiosos hermanitos, Javier relató algunos de los pormenores de su trabajo y, ante todo, aclaró que le encanta ser policía:
No tolero las injusticias- Con estas palabras el muchacho condecorado argumentaba al respecto de la elección tomada.
Más tarde, relató a sus compañeros que desde hace 8 años que trabaja como policía y, que además, realiza algunas tareas en la división Operaciones Especiales, para la misma fuerza.
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