Esa fue la sentenciosa frase que disparó Javier, el policía de la casa, al calzarse una remera con las insignias de la fuerza policial mientras se exhibía orgullosamente a la espera de los interrogatorios de sus compañeros.
Vistiendo una remera con las insignias de la policía que Javier, utilizó a modo de escudo para no tener que confrontar a sus compañeros con explicaciones, el policía de la casa se sentó a esperar que sus compañeros le pregunten sobre la relación de su vestimenta con su profesión.
Luego de la balacera de preguntas de sus curiosos hermanitos, Javier relató algunos de los pormenores de su trabajo y, ante todo, aclaró que le encanta ser policía:
No tolero las injusticias- Con estas palabras el muchacho condecorado argumentaba al respecto de la elección tomada.
Más tarde, relató a sus compañeros que desde hace 8 años que trabaja como policía y, que además, realiza algunas tareas en la división Operaciones Especiales, para la misma fuerza.
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